
La leyenda suele recordarnos a personajes del Oeste que de algún modo tuvieron problemas con la ley, como fue el caso de Belle Starr o Pearl Hart de las que hablamos en nuestro artículo sobre las forajidas de leyenda. Pero también la historia debe recordar a otras que lucharon por las mujeres en un ambiente hostil y que fueron ejemplo para tantas mujeres. Tal fue el caso de Ellen Cashman, propietaria de una pensión en la Columbia Británica, quien organizó una expedición para rescatar a unos mineros atrapados por una tormenta de nieve. Tal era la dificultad que ni siquiera el Ejército quiso intervenir. Finalmente, Nellie, como era conocida, y a pesar de las durísimas condiciones atmosféricas a las que se enfrentó, logró salvar a 75 mineros. Desde entonces la conocieron como el Ángel de Tombstone.
Annie Oakley fue una de las más famosas; tanto que incluso acabó en el famoso espectáculo de Buffalo Bill que, al más puro estilo circense, recorrió el mundo dando a conocer la forma de vida americana del “lejano Oeste”. Annie era conocida por su puntería e incluso Toro Sentado le puso un sobrenombre: Little Sure Shot (pequeño tiro seguro). Su nombre se paseó por los carteles de Roma, Barcelona, Munich, Venecia e incluso actuó en la Exposición Universal de París. Ahora bien, el perfecto ejemplo de la mujer bravía del Oeste, de la indomable, es Calamity Jane, a la que hemos podido ver en algunos western. Martha Jane Canary-Burke, Calamity Jane, era una experta con el revólver y con las cartas, sirvió como exploradora para el general Custer y fue la primera mujer en trabajar en algunos lugares que eran exclusivos para hombres, como en la compañía ferroviaria Union Pacific. Tan indomable y revolucionaria fue Calamity Jane que no dudó en travestirse para participar en expediciones. Acabaría, como Anie Oakley, en el Salvaje Oeste de Buffalo Bill

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